lunes, 20 de septiembre de 2010

El simulacro del simulacro en Shreck









En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisfacieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y Por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.”

J.L. Borges. “Del rigor en la ciencia”.

De la misma forma que en el cuento de Borges un plano cartografiado real a tamaño real sustituye punto por punto al paisaje, convirtiéndolo en un simulacro del propio espacio, la creación de Shrek es un plano cartográfico sobre la narración clásica, un simulacro del propio simulacro que son los cuentos para niños.

Los autores han creado una realidad paralela del universo onírico y virginal de los cuentos rediseñando los parámetros clásicos del cuento infantil donde la transparencia de los personajes, su condición maniquea entre buenos y malos y su misión y valores (el honor, la belleza, el compromiso) se transforman mediante la adición de una nueva capa a modo de cartografía borgiana en espectáculo para adultos. Espectáculo a su vez creado a imagen y semejanza del modelo de hombre postmoderno que ve reflejado en el protagonista sus propios hábitos, comportamientos y dualidades.

Así, el ogro determina su vida por un nihilismo constante que evita que nadie se acerque a su charca y lo moleste, que le crea un mundo al margen de una sociedad en la que no encaja por sus valores. Sin embargo, este individualista se ve abocado a la acción debido a la pérdida de dominio sobre su mundo, como el posmodernista –en su habitación individual– pierde los privilegios que le permiten vivir si la sociedad con la que no termina de encajar sufre una crisis. Por ello, se introduce en el sistema para devolverlo a su estado original, al mismo tiempo que mediante el transcurso de su acción se ve involucrado en la sociedad a la que finalmente, mediante el matrimonio, acaba perteneciendo y es aclamado –aceptado– por el resto de integrantes.

En Shrek el simulacro da un doble salto mortal y jugando con nuestra memoria nos hace cómplices de la historia haciendo referencia a escenas y textos conocidos por el espectadormediante la imitación de los esquemas de filmación de otras películas

La incorporación de rasgos propios de la actualidad sobre un contexto de sociedad feudal, la reinterpretación de los esquemas de definición de los personajes y la relación determinada entre los tipos y su comportamiento permiten hablar de una nueva experiencia de visualización del cuento clásico, en definitiva de un espacio simulado por el que transcurre la narración.

Todos los elementos anteriores tienen un objetivo común: romper la distancia entre el espectador y el espectáculo.

Esta actitud de ruptura de percepción de lo real perfectamente planificada en el lenguaje visual incorpora al espectador a la acción como protagonista, trasladándolo desde la posición de testigo ocular a la de un participante más activo en su pensamiento con la conciencia de un lenguaje que se manifiesta, que reflexiona sobre sí mismo. En la escena final de la película, cuando el protagonista se dirige besar a la princesa, aparta con su mano la cámara, con lo cual es espectador aparece como un testigo de todo el filme a través del dispositivo de registro. Está manifestándose dentro de la obra, como un personaje más del que se es consciente de su existencia.

Esta posición aparentemente simpática de la escena, ejemplifica una vez más la intención posmoderna de romper con las reglas del juego y sus límites y la soberanía de un espacio simbólico que era también del sujeto Esta actitud claramente obscena en el sentido de Baudrillard es otra de las características ocultas dentro de la ingenuidad del cuento.

Esta actitud premeditada de romper con la distancia, de abducir al espectador, de rodearlo con sus brazos digitales no difiere en absoluto de otras simulaciones menos ingenuas orquestadas desde el poder para crear un submundo a su imagen y semejanza.

Shrek en este sentido es también una obra de simulación perfectamente orquestada del poder de la industria para calibrar el límite de nuestra inocencia, para someternos una vez más a su juego aparentemente casto y virginal, para adaptar lo que antes era suficiente para el hombre de la sociedad industrial al hombre posmoderno, para perpetuarse en el engaño y en el poder, para hacernos en definitiva sus amigos para siempre.

“Cuando todos se vuelven actores ya no hay acción ni escenario.

Fin de la ilusión estetica”

J.Baudrillard

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